jueves, 17 de junio de 2010

Prefacio

Corro desorientada por las calles, es de noche, el viento mueve mi cabello en todas direcciones y me impide ver a mi alrededor.
Los escucho, los escucho cada vez más cerca; sus pisadas, sus voces ¡Me están alcanzando!
Alcanzo a divisar a una persona en la esquina más próxima, al mirar su rostro noto que parece sorprendido ¿Qué nunca había visto un humano, o que? Pero en sus ojos algo no cuadra...
¡Eso es! todavía es humano no tiene ningun brillo plateado en las pupilas como todos los que me persiguen en este momento.

Pero no tengo tiempo de detenerme y tampoco lo quiero delatar.

¡Otro humano! ¿Quién se lo hubiera imaginado? Y yo que había perdido la esperanza después de enterarme de que mi único hermano había sido transformado... en un monstruo. Después de perder a mi familia, amigos y conocidos; después de todo, aún quedaban esperanzas ¡Un humano!

Ya dejé atrás a los buscadores, pero no me puedo confiar, aún sigo débil después de los 5 días que llevo sin comer y ya no puedo correr.
Giro en la esquina y topiezo, el suelo me golpea en la mejilla y me abre una herida; ya no puedo más, es bastante tentador quedarme ahí que me ecuentren y me curen aunque entonces mi cuerpo ya no será mi cuerpo...

Me doy la vuelta para quedar sobre mi espalda y veo a una persona corriendo hacia mí
Genial- Pienso- Mi salvación, un alma, ya no tengo porque sufrir

El hombre me levanta en brazos y me recarga contra su pecho, escucho su corazón y levanto la cara para verlo bien, el me está observando y en sus ojos veo una mirada auténticamente humana...

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